Guayaquil pasó encerradita el fin de semana
Ninguna autoridad ha declarado confinamiento, pero la ‘pipol’ ha preferido ‘encaletarse’ para no contagiarse de la nueva variante ómicron
Al taxista Roberto Villamar, de 46 años, por lo general le toma unos 25 minutos desplazarse de Bellavista (norte de Guayaquil) hasta el malecón Simón Bolívar (centro), sin embargo, ayer, en seis minutos llevó a un pasajero.
Estaba feliz porque evitó el tráfico, pero se ‘desinfló’ porque no contaba con muchos usuarios para trasladar.
Para el colega Roberto Calderón, la segunda semana de enero fue terrible. “Hasta mis clientes fijos de los fines de semana no me llamaron, ni a la iglesia fueron. La primera semana sí me timbraron”, cuenta.
La mañana del sábado, Calderón solo hizo dos carreras. “Yo me pongo a pensar en los compañeros que trabajan independientemente, cómo llevan la comida a sus casas, si no hay gente en la calle”, dice.
‘Pelada’ la Bahía
La zona comercial del Puerto Principal, la Bahía, ‘camelló’ a media llave.
“La gente ya no sale con la confianza de antes; y los pocos, llegan, compran y ‘vuelan’”, indica Wilmer Tenelema, vendedor de celulares, quien considera que las cifras comunicadas por el COE Cantonal sí asustan: 900 contagios al día, con 10 decesos diarios.
A él le impactan estos números, pero también los de las ventas. El sábado comercializó solo un celular, $ 120 y su ganancia neta son 20 ‘latas’, pues con el resto paga alquiler y servicios básico