Guillermo Lasso: Se acabó la persecución política en el Ecuador. Yo no he venido a saciar el odio de pocos, sino el hambre de muchos.
Hoy Guillermo Lasso Mendoza se convirtió en el cuadragésimo séptimo presidente de la República del Ecuador.
Lasso, católico de 65 años, asume el mandato tras su tercer intento. Y en su administración enfrentará retos como vacunar a nueve millones de ecuatorianos en 100 días, reactivar la economía y crear fuentes de empleo.
Hace pocos minutos la presidenta de la Asamblea, Guadalupe Llori, colocó la banda presidencial a Lasso en la ceremonia de investidura en el Legislativo.
En su discurso, el mandatario evocó a los héroes de la Batalla de Pichincha (24 de mayo de 1822) y preguntó: ¿se ha gozado de libertad en el Ecuador? ¿Han imperado la ley y la independencia de poderes? ¿Ha reinado la igualdad de oportunidades?
“Los ecuatorianos me conocen como un hombre de acción. Saben que mido todo en función de los resultados que muestra la realidad. Porque sólo ésta revela si hemos tenido el coraje de poner en práctica aquella tarea que nos encargaron los fundadores de nuestro Estado”, mencionó.
Lasso aseguró que recibe un país con niveles históricos de desempleo, “que ha deslumbrado por su incapacidad para hacer frente a una pandemia” y comparó que otros países -en similares condiciones- encararon esa realidad de forma “ordenada, eficiente y libres de corrupción”.
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También indicó que recibe una nación donde los “culpables engordan sus bolsillos mientras los más inocentes ni siquiera pueden llenar sus estómagos”, donde se le ha fallado a la juventud en educación y oportunidades, entre otros asuntos.
Lasso afirmó que desde este 24 de mayo todo cambia. Dijo que termina la era de los caudillos.
Y apuntó que se empieza por no acumular más poder en la figura del Presidente: “Porque la experiencia nos dice que quienes buscan todo el poder luego terminan buscando clemencia por los crímenes que ocurren cuando ese poder se les va de las manos”.
Aseguró que se mantendrá fiel a lo que dictan las leyes. “No perseguiremos a nadie. No callaremos a nadie. Gobernaremos para todos. Esto significa no gobernar a favor de un sector privilegiado, pero tampoco en contra de nadie. Tengan la opinión que tengan, hagan la crítica que hagan”, enfatizó.
Y frente a ello, dijo que se acabó la persecución política en el Ecuador: “Yo no he venido a saciar el odio de pocos, sino el hambre de muchos” (El universo)